Home
Biografía
Discografía
Bibliografía
Partituras
Prensa
Fotos
Videos
Amigos
Links
Agradecimientos
Libro de Visitas
Contacto

1934 - 1999

La Música Popular

    Cuando digo “música popular” me estoy refiriendo a las múltiples modalidades y variantes de la música contemporánea, con o sin valor artístico, de divulgación más o menos masiva, y que es la materia esencial de un proceso de comercialización, en oposición a la que comúnmente llamamos música “clásica”, “culta”, “erudita”, “de concierto”, etc.

    “Popular” es, para mí, tanto la música que ha llegado a ser muy conocida a través de los medios de difusión (pop, rock and roll u otras similares), como otras expresiones musicales, folklóricas o localistas que, aunque a veces muy conocidas, interesan a públicos menos numerosos (jazz, tango, flamenco, etc.) También considero popular a la música utilizada en cine, televisión, radio, teatro, etc., en forma de “cortinas”, música de fondo, incidental, etc. (siempre que no sea deliberadamente “clásica”), al igual que la música que resulta de elaboraciones creativas más o menos originales que transforman elementos sencillos, enraizados en la cultura de un pueblo, en expresiones musicales más refinadas. Esta última es “impopular” en la práctica y frecuentemente incluye componentes tomados de la música “culta”. Dado el valor artístico que generalmente posee, sería también muy aceptada si se le prestara el mismo apoyo económico que se da a otras expresiones de menor calidad.

    Arte, artesanía, técnica, oficio... Conceptos de fácil definición pero difícil delimitación.

    Para quien realiza algo artístico no es muy importante el rótulo bajo el cual caiga lo que hace sino la actividad creativa que realiza, y luego, por supuesto, la obra que resulte de ello.

    No hay reglas para lo estético.

    Cualquier técnica es válida si contribuye a mejorar el resultado.

    La técnica no es un fin sino sólo una herramienta que se usa para organizar las ideas y realizar la obra de la mejor manera posible.

    El valor de la obra no está dado por el tiempo que llevé realizarla ni por la cantidad de trabajo que demandó.

    Complejidad no es sinónimo de riqueza ni es un valor en si.

    El valor de una obra no es absoluto: para algunos valdrá mucho, para otros poco o nada.

    Una sinfonía no vale más que una canción. Cada una vale como lo que es. Sólo se las puede comparar en su aspecto estético o con fines de análisis pero no para establecer jerarquías valorativas.

    Los méritos de una obra artística no son mensurables. Sí son evaluables, pero sólo dentro del contexto al que la obra pertenece. Por ello no me parece admisible una posición de mira desde la cual la música “popular” aparezca como inferior o superior a la “clásica”. El hecho objetivo es que ambas son formas de expresión que pueden dar lugar a obras de arte significativas y memorables.

Volver